Kube McDowell Mc Dowell FN2 (SW), Escudo de Mentiras 

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 ¿Qué regla podría haber estado siguiendo cuando intentó expulsarme al espacio?
 Estabas utilizando un desintegrador, y habías producido una brecha que los sistemas
de reparación eran incapaces de cerrar  dijo Lobot . Podrías haber activado una regla
que especifica que los fuegos deben ser extinguidos exponiéndolos al vacío espacial.
Lando frunció el cejo mientras sopesaba los argumentos que le exponía Lobot.
 Y ahora quieres que empecemos a pulsar botones al azar, ¿no?
 Sabemos que la nave responde al contacto. Probablemente cometimos un error al
llegar a la conclusión de que dicha respuesta era de naturaleza negativa.
Lando todavía no estaba muy convencido de que fuera una buena idea.
 ¿Sigue todo tranquilo por ahí fuera, Erredós?
Erredós respondió con un corto pitido, claramente reconocible como un «Sí».
Lando se volvió hacia Lobot, se encogió de hombros y agitó una mano.
 Después de ti.
Con un asentimiento de cabeza, Lobot abrió los cierres de sus guantes, se los quitó
uno detrás de otro y los colgó de las sujeciones para herramientas del traje de contacto.
Después se impulsó hacia la porción más cercana del muro que se extendía a su
alrededor, extendió las dos manos y posó las palmas sobre la superficie, ejerciendo una
ligera presión. Al ver que no ocurría nada, Lobot empezó a deslizarse hacia la izquierda.
El muro de la cámara empezó a subir bajo sus manos, cambiando y retorciéndose como
si estuviera adaptándose a un molde invisible.
 ¡Oh, cielos!  exclamó Cetrespeó de repente . ¿Lo estás viendo, Erredós?
Lobot se apresuró a retroceder hasta el centro de la cámara, pero la transformación
continuó. Grandes discos aparecieron y fueron creciendo hasta convertirse en gruesos
cilindros. Surcos surgidos de la nada fueron definiendo largos arcos a través de aquella
repentina exhibición de actividad, sombreando las tramas de ondulaciones que se iban
derramando en un rápido descenso a lo largo de las curvas de un hemisferio. El color
apareció pero no llegó a hacerse abrumador: había remolinos azul claro y radios de un
suave tono amarillo, y ni unos ni otros respetaban las fronteras de las geometrías sobre
las que se extendían.
Un chispazo de deleite iluminó los ojos de Lando.
 Nunca pensé que tuvieras dotes artísticas, Lobot  dijo.
Lobot volvió a acercarse a la pared y puso los dedos sobre uno de aquellos cilindros
que parecían tambores. Un repentino estallido de música llenó la cámara con un
fascinante dueto de melodías entrelazadas, que subieron y bajaron como el oleaje en un
mar encalmado.
 Eh, no voy a permitir que seas el único que se divierte aquí  dijo Lando y,
sonriendo, se quitó el guante improvisado de la mano derecha y se impulsó hacia el otro
muro.
El muro respondió al roce de sus dedos desarrollando un gran rectángulo atravesado
por dos largos canales y repleto de detalles todavía más delicados que los de la escultura
que había delante de él. Lando ignoraba el significado de la trama, pero pudo ver la
cicatriz que su desintegrador había dejado en ella: la hoja de energía había asestado un
mordisco circular en el borde superior del rectángulo, haciendo desaparecer veinte o más
de la miríada de diminutas celdillas que había en su interior.
Los daños no enturbiaron la alegría de Lando durante demasiado tiempo. Los dos
hombres revolotearon por la cámara como una decidida y ágil pareja de tozudos insectos
hasta que sus experimentos con el tacto hubieron abarcado toda la superficie. Había algo
inexplicablemente maravilloso en la forma en que un simple roce de la mano hacía cobrar
vida a aquella cámara vacía.
Pero el descubrimiento más espléndido de todos  por lo menos a los ojos de Lando
fue el umbral que se abrió ante él a un extremo de la cámara y su gemelo, que Lobot hizo
manifestarse al otro extremo.
Lando no sabía adonde podían llevarles, pero prefería una elección incierta a no tener
ninguna elección.
La mesa que ocupaba el centro de la sala de oficiales del Glorioso contenía dos
fragmentos de metal colocados junto al guante de un traje de contacto. El más largo de
los dos fragmentos estaba severamente doblado y retorcido. Los extremos de los dos
mostraban el mismo dibujo de quemaduras negruzcas. El coronel Pakkpekatt sostuvo el
más corto de los fragmentos entre dos dedos, y lo hizo girar lentamente para examinarlo
desde todos los ángulos.
 ¿Está seguro?  preguntó.
 Sí, coronel  dijo Taisden . Es la estructura de soporte de un Cargador Robusto, un
trineo de equipo autoestabilizado de uso muy extendido en toda la galaxia.
 ¿A quién pertenece?
 El código de registro indica que es propiedad de un tal Hierko Nochet, un guía de
aventuras babbetiano amigo de Lando Calrissian. Creemos que el general obtuvo éste y
algunos otros artículos de Nochet en un torneo de sabacc hace dos años.
 ¿Lo ha hecho someter al examen de detección de identificadores biológicos?
 Fue examinado inmediatamente después de su recuperación  dijo el agente técnico
Pleck . Hay restos de indicadores que encajan con los modelos de manipulación por
humanos, pero no puedo confirmar que su fuente sea Calrissian o el ciborg.
 ¿Por qué no?
 Eh... Resulta un poco difícil de explicar, señor, pero... Ah... El caso es que no
disponemos de ningún perfil biológico del general para llevar a cabo una comparación.
Pakkpekatt le enseñó los dientes.
 ¿Estamos hablando de un alto oficial de la Flota, y me dice que no disponemos de
ningún perfil biológico suyo? Por no hablar de su largo historial antes de que se uniera a
la Rebelión, y de su historial después de la derrota del Imperio... ¿Cómo es posible?
 No lo sé, señor. Hemos encontrado registros que indican que su perfil biológico fue
registrado en un mínimo de tres ocasiones, pero los perfiles han desaparecido. Y el
encargado de los archivos de la Ciudad de las Nubes ha citado algo llamado el Contrato
del Fundador y ni siquiera ha querido responder a nuestras transmisiones.
 Debajo de su uniforme, el general Calrissian sigue siendo un canalla y un
contrabandista  dijo Pakkpekatt, meneando la cabeza . ¿Encontraron algo más durante
el análisis, Pleck?
El agente frunció el ceño.
 Sí, coronel..., aunque no sé qué significado debo asignarle.
 Dígame lo que pueda.
 Sí, señor. Hemos recuperado una cantidad relativamente grande de un material
biológico no identificado de la parte delantera del trineo..., en esta zona, para ser exactos
 dijo el agente, señalando con un dedo . La cantidad es del orden de los dos millones
de células..., aunque quizá debería decir fragmentos de células, ya que la mayoría había
sufrido daños de origen mecánico.
 ¿De origen mecánico? ¿Como si estos trozos de metal hubieran sido usados como
armas?
 No, señor. La distribución era demasiado uniforme. Era más bien como... Bien,
señor, más bien como si hubiera cogido una rata-lija y se hubiera dedicado a frotar el
metal con ella. Lo siento, señor, ya sé que no es una respuesta demasiado científica,
pero...
 Ha dicho que se trata de células no identificadas, ¿verdad? [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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