Kube McDowell Mc Dowell FN3 (SW), La Prueba del Tirano 

[ Pobierz całość w formacie PDF ]

hubiera tenido tiempo de recorrer cinco mil metros más a lo largo del vector de
aproximación al objetivo desconocido que los exploradores de la INR habían registrado
bajo el nombre de Anomalía 2249.
Dentro del puente, Pakkpekatt había asumido las funciones de pilotaje, Taisden
vigilaba la matriz de sensores y Hammax controlaba el cañón láser mediante un casco
ultraligero de seguimiento y adquisición de blancos. Pleck, que se encontraba en la
cubierta de observación de popa, se ocupaba del conjunto de sistemas de seguimiento y
procesadores de imágenes holográficas proporcionados por la INR que él y Taisden
habían instalado.
Ya estaban empezando a acostumbrarse a aquella rutina, pero Pakkpekatt no estaba
dispuesto a permitir que la familiaridad hiciera que se la tomaran menos en serio que al
principio. Las primeras cinco anomalías investigadas habían incluido un carguero estelar
modano cuyos sistemas llevaban mucho tiempo muertos, una barcaza de carga
abandonada aparentemente agujereada por una colisión, y una sección bastante grande
de una vieja antena de espacio profundo, todas las cuales no podían ser más inofensivas.
Pero también se habían encontrado con un navio de exploración de Kuat totalmente
operacional que mantenía anulada la señal de su teletransductor y que había huido a toda
velocidad en cuanto se le aproximaron, y con una mina espacial ilthaniana activada que
Hammax hizo estallar mediante una precisa andanada del cañón láser del yate.
Cuando estuvieron a tres mil metros de ella quedó claro que la Anomalía 2249 no era ni
el Vagabundo de Telkjon ni ninguna parte de él. Los reflectores iluminaron un cilindro de
rejilla metálica de unos sesenta metros de longitud salpicado de protuberancias circulares
cuyos dos extremos terminaban en esferas de metal macizo de unos quince metros de
diámetro. El cilindro giraba lentamente sobre sí mismo, pivotando alrededor de un centro
de gravedad ligeramente excéntrico.
 ¿Qué demonios es esa cosa?  preguntó Hammax . ¿Una nave espacial? ¿Una
sonda? No reconozco esa configuración.
 Ni yo tampoco  dijo Pakkpekatt . Pero sé qué no es.  Cogió un cuaderno de
datos y consultó el informe que le habían proporcionado los analistas de la red de boyas
estacionarias de seguimiento del tipo bola negra de la INR . Según nuestra lista de
índices de probabilidad la siguiente candidata a visitar es la Anomalía 1033, que se
encuentra cerca de Carconth.
 ¿Coronel?
 ¿Sí, agente Pleck?
 ¿Podríamos dedicar unos cuantos minutos más a esta estructura? Estaba pensando
que quizá podríamos acercarnos hasta quedar a unos quinientos metros de ella y dar una
vuelta a su alrededor. Me gustaría poder registrar los detalles del casco para
transmitírselos a los analistas, y tal vez haya algunas señales de identificación al otro
lado.
 La perspectiva de poder prestar cualquier clase de servicios extra a la Sección de
Análisis no me interesa lo más mínimo  replicó secamente Pakkpekatt, desviando la
proa del Dama Suerte del objeto misterioso para iniciar un vector de aproximación a
Carconth . Que resuelvan los misterios de sus anomalías utilizando sus propios
recursos. Introduzca el módulo del cañón en el casco, coronel Hammax. Apague sus
sensores, agente Pleck. Entraremos en el hiperespacio dentro de un minuto y daremos un
salto de nueve horas, así que efectuaremos el cambio de turno ahora.
Dejando aparte el desagradable olor que quedaba flotando en el aire, la idea de abrir
un camino para él y los demás mediante el haz desintegrador a lo largo de la sucesión de
cámaras no le planteaba ningún grave dilema moral a la conciencia de Lando. Si la nave
sobrevivía a lo que resultaba obvio eran daños mucho más serios sufridos en alguna otra
sección, cerrar las heridas que Lando le estaba infligiendo no supondría ningún problema
para ella..., y si la nave ya estaba condenada, entonces las heridas que estaba abriendo
no tendrían ninguna importancia.
Pero ver cómo Lando iba abriendo agujeros no tardó en hacer que Lobot sintiera una
creciente inquietud. Después de sólo cuatro cámaras y cuatro boquetes de bordes
ennegrecidos, Lobot fue hacia Lando y le cogió del brazo antes de que pudiera crear el
quinto.
 ¿No podríamos tratar de abrir cada acceso de la manera habitual antes de
destruirlo?  suplicó.
 ¿Tienes alguna razón para creer que el Vagabundo se está recuperando de sus
heridas?  preguntó Lando, liberándose el brazo de un brusco tirón y alzando el
desintegrador.
Lobot se encogió sobre sí mismo mientras el haz abría el agujero que les permitiría
pasar a la cámara siguiente.
 No sé qué está pasando  dijo . Lo que sí sé es que estamos dejando un rastro
que no les costará nada seguir, y ese hecho hace que nuestra huida resulte de lo más
fútil. Los grupos de abordaje se limitarán a seguir la sucesión de agujeros y acabarán
encontrándonos en la última cámara. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • stargazer.xlx.pl